Se está llevando a cabo la puesta en valor del Convento San Bernardo, situado en Calle Caseros Nº 85, a través de trabajos de mantenimiento, restauración que consiste básicamente en la ejecución de trabajos pintura exterior de fachadas del convento, para lo cual se repararán revoques en mal estado tanto en molduras como en muros. Con respecto a la parte eléctrica se propuso, colocar artefactos ornamentales de piso, con iluminación ascendente rasante para provocar marcas luminosas en la pared con efecto decorativo; colocar spots en las cornisas; con tiras de led cálidas, se buscará producir un enmarcado sobre las cornisas del edificio; y se realizará la realineación de cableado de alimentación. Cabe destacar, que es uno de los edificios más antiguos de la Ciudad y fue construido a fines del siglo XVI o comienzos del siglo XVII. Fue declarado Monumento Histórico Nacional el 14 de julio de 1.941, por Decreto Nº 95.687. En un principio fué la ermita de San Bernardo, patrono de la ciudad en sus albores; posteriormente, en 1.586 se levantó un edificio contiguo destinado como hospital, bajo el nombre de “Hospital San Andrés”, el cual desapareció en el terremoto de 1.692. La reconstrucción de esta nueva dependencia fue muy lenta y en 1.726 quedó en condiciones de ser nuevamente habilitada. A través de los años, sufrió reiterados inconvenientes y tuvo que cerrar sus puertas, en 1.805 el hospital reabrió sus puertas bajo la atención de los Padres Betlemitas. Con el correr del tiempo, el hospital fue perdiendo importancia, el Presbítero Don Isidoro Fernández, hizo venir de Chile en 1.846 unas Monjas Carmelitas Descalzas, con el fin de crear un beaterio al que dio el nombre "Nuevo Carmelo de San Bernardo". Así, la primitiva ermita y el hospital anexo quedaron convertidos en el Convento de San Bernardo que ha llegado hasta nuestros días. Cuando las monjas se hicieron cargo del convento se clausuró la puerta que servía de entrada al hospital contigua a la capilla y se abrió una nueva portada. En la nueva entrada al Convento de Clausura, se colocó una hermosa puerta que perteneció a la familia de Bernardo de la Cámara. Esta puerta fue realizada en madera tallada a mano por los nativos en 1.762; posee jambas compuestas de columnas salomónicas que sostienen un curioso dintel de dos arcos, unidos en el centro por motivos de hojas y una tarjeta con la sigla de Cristo; las laterales son de estructura similar, ubicadas por encima de las jambas que tienen la inscripción "Don Pedro Balentín de la Cámara, año 1.762". Fue colocada en el año 1.847 y constituye la más pura expresión de su género en el país.