Ubicado entre calles España, Juramento y Pasaje Zorrilla, la obra de la Usina Cultural se llevar a cabo en el antiguo edificio donde funcionaba la Usina. Al momento de la iniciativa de un proyecto para rehabilitar el sitio, el edificio conservaba su cáscara exterior en gran medida, pudiéndose apreciar su estilo constructivo general, de fachadas con revestimiento textura símil piedra parís y grandes carpinterías de hierro, mientras que en el interior se mantenía el puente grua (se utilizaba para el desmonte de los transformadores de energía), las vigas-rieles de dicho puente apoyadas sobre los muros laterales y las cabreadas metálicas de la cubierta. La conjunción del gran espacio construido con la superficie del predio en que se sitúa invitaba al desarrollo de un proyecto que se constituya como un espacio convocante para la ciudadanía, que se complemente con los usos comerciales y servicios de alrededores, y que por sobretodo que otorgue mayor calidad al sitio, valorando el casco histórico existente en el lugar. Este escenario diverso, permitió que desde esta Comisión se proyecte un Centro Cultural que se complemente con diferentes usos; salas cerradas de teatro, foyer, administración y SUM, con áreas de esparcimiento y recreación como anfiteatro, plazas secas y áreas verdes. Asimismo, significó un gran ejercicio para la puesta en práctica de las tareas de conservación, restauración y rehabilitación en combinación con una nueva arquitectura contemporánea a gran escala, y sin que entre ellas compitan. Conforme a la configuración del terreno, se realzaron tres ingresos posibles al predio y con ello se generó una gran permeabilidad en el sector, proveyéndolo de equipamiento urbano para el libre tránsito peatonal, para el descanso, y el aprovechamiento de eventos culturales al aire libre. La puesta en valor tanto de los edificios existentes como del predio en que se implantan, posiciona al conjunto cultural como un área convocante dentro de la trama urbana histórica consolidada.